Oribu Gastrobar, fusión entre Oriente y Occidente

Situado en el número diez de la calle Barquillo, en pleno corazón del barrio madrileño de Chueca, ha abierto recientemente sus puertas Oribu Gastrobar. Se trata de un espacio que ya ha conquistado a los amantes de las emociones culinarias más excitantes y que dará mucho que hablar en el 2014 gracias a una propuesta gastronómica rompedora donde Occidente y Oriente se dan la mano.

Y es que este restaurante nace con el fin de conectar estos dos mundos, con una carta donde queda reflejada una cocina mediterránea con pinceladas de la cultura japonesa. ¿El resultado? Una original combinación entre el producto más español (de hecho Oribu significa oliva en japonés) y los sabores más auténticos del País del Sol Naciente.

El artífice de estas creaciones tan originales es un jovencísimo Óscar Horcajo, que estuvo trabajando en China durante la Expo Universal de Shangai en 2010 para Pedro Larumbe, donde aprendió las técnicas culinarias autóctonas. Pero realmente su referente y maestro ha sido Alberto Chicote con el que trabajó en el desaparecido NO-DO y Pan de Lujo. A él le dedica uno de los platos para compartir de la carta, la tortilla de patatas en tempura como le gusta a Chicote. Nosotros nos decidimos por los huevos rotos de corral con patatas confitadas y atún rojo y tengo que decir que la elección fue de lo más acertada. Aunque nos quedamos con ganas de probar las Gyozas del cocido Madrileño, su caldo al miso y verduritas hiladas. La próxima vez.

En el apartado de la carta “Un sushi diferente” nos decantamos por el Futo-maki de salmón, guacamole al sésamo y cebolla frita crujiente. ¡Estaba delicioso! Además tenemos que decir que la ración era muy generosa (foto de arriba). La elección fue difícil ya que había otras propuestas igual de apetecibles como el futo-maki de anguila kabayaki, ajo blanco malagueño y huevas de trucha o el Hoso-maki de boquerones en vinagre.

Respecto a los platos de “Costa a Costa”, no dejéis de probar el Tartar de atún rojo, soja y mayonesa de kimuchi no moto. ¡Estaba espectacular! Otras especialidades que podrás degustar son el pulpo a la plancha, mayonesa de ajada, espuma de patatas y aceitunas negras.

Nuestro final dulce terminó con la tarta de queso invertida, confitura de frutos rojos y galletas María. Pero Óscar nos ofrece otras propuestas igual de tentadoras como la Panna cotta de leche de coco, frutos rojos y helados de violetas o Cookie caliente de chocolate, especias y fresones.

Hasta aquí nuestro viaje gastronómico. Volveremos por muchos motivos: Queremos degustar de nuevo el exquisito Tartar de atún rojo, soja y mayonesa de kimuchi no moto. Tenemos que probar otras delicatessen, que aún nos quedan muchas… Nos ha encantado la originalidad y la exclusividad de algunas de las recetas de su extensa carta. Nos ha sorprendido el precio de esta cocina de altos vuelos.¡Apta para todos los bolsillos! (precio medio 30€) Y sobre todo, volveremos por el increíble trato del servicio.

 

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