De pinchos por Valladolid. Alta cocina en miniatura

Combinar turismo con gastronomía es una sabrosa experiencia que nadie debería perderse en Valladolid. Y es que esta ciudad del vino se ha volcado para convertirse en todo un referente nacional a la hora de ir de tapas. ¿El motivo? La celebración anual del concurso El Pincho de Oro, que anima a numerosos locales a competir con sus propuestas más novedosas.A la hora de tapear en Valladolid hay dos zonas que destacan: los alrededores de la Plaza Mayor y los de la Antigua. Nos decantamos generalmente por la primera zona y tras varias incursiones a la ciudad del Pisuerga os dejo la relación de mis sitios preferidos para practicar el “arte del tapeo” en esta ciudad.

Ahí va uno de mis favoritos, Los Zagales (Calle Pasión, 13), uno de los restaurantes que más veces ha ganado el concurso El Pincho de Oro. Sin duda, es el que más me llamó la atención debido a los pinchos tan novedosos que proponía. El Tigretostón, con pan negro, tostón, morcilla, cebolla roja confitada y crema de queso fue el pincho ganador del concurso nacional de tapas del 2010 y no puede faltar en tu elección.

Otro de los pinchos protagonistas de la barra era el “Obama en la Casa Blanca”, Pincho de oro Ciudad de Valladolid 2009. El recipiente nos recuerda al edificio presidencial estadounidense y en él se esconde una base de hojaldre con salsa de setas castellanas, huevo a baja temperatura y patatas requemadas. ¡Espectacular! Os dejo una imagen para que podáis verlo.

Y alucinados nos quedamos con el pincho “Breadbag” (la bolsa de pan), obra del chef Javier González y ganador del 2º premio VII Concurso Nacional de Tapas y pinchos 2011. Este pincho está elaborado a base de calamares y salsa emulsionada de ajo picante, con soporte de pan de Piccolino baguette de Berlys. ¡Ojo a la bolsita de pan! ¡Que es comestible!

Después de ponernos las botas en los Zagales próxima parada: el restaurante Villa Paramesa (Calixto Fernández de la Torre, 5), que puede presumir de Pincho de Oro en esta última edición con su creación “K1”. Se trata de un espectacular pincho realizado a base de ceviche de sardina, alga kombu y ajo negro. ¡Realmente delicioso! Al igual que otras creaciones de la carta que probamos como la carrillada de ibérico al regaliz con pera o el ravioli de costillas de cerdo. ¡Tenéis que probarlo!

En el restaurante la Tahona (Plaza Martín y Monsó, 4) he podido saborear uno de los creaciones más ricas que jamás he probado. Se trata del pincho Guanajuato, que consistía en un tártar de atún con fresas, aguacate y crujiente de cezina. Pero tengo que decir que el pintxo que más pedía la gente era el navegante que consistía en anchoas maceradas, tomate confitado y queso a las finas hierbas.

Para muchos vallisolitanos el restaurante Jero, ubicado en el número 11 de la calle Correos, es el que ofrece los mejores pinchos de la ciudad. Pinchos como “Misión Imposible”, con bacalao con boletus, tomate confitado, gamba y crujiente de almendra; el “Galáctico”, rollito de cecina relleno de membrillo con queso emmental y crujiente de cebolla o el “Zapatero”, con salmón con gamba y ventresca, con toques de gelatina de manzana, crema de mousse de foie y tierra de boletus, hacen las delicias de los paladares más exigentes.

En La Sepia (calle Jesús, 1) no hace falta que te diga la ración que tienes que pedir. El secreto está en la salsa. Y no podemos abandonar los aledaños de la Plaza Mayor sin hacer una última parada en La Mejillonera. ¿Su especialidad? Los mejillones, como no. Los cocinan de diversas formas: “A la escocesa”, calientes y picantes; “A la vinagreta”; “A la marinera”; “Al vapor” y “con Mahonesa picante”. Tampoco te pierdas el bocadillo de calamares de este local o sus bravas.

Dejo para el final el sitio que más me gusta para tapear de Valladolid por su relación calidad-precio. Se trata del Bar Zamora (Calle de Correos, 5)y te puedo asegurar que con sus pinchos sales más que comida por un módico precio. Se te hará la boca agua con su taco de atún sobre crema de calabaza, cebolla caramelizada y lágrimas de aceite verde. Tampoco te pierdas su pastel de salmón, pulpo, piña y alioli napado a los tres quesos o el crep de txangurro con crema de bogavante. Deliciosos todos.

¿Estás dispuesto, entonces, a probar nuevos sabores acompañados, por supuesto, de un buen vino D.O. Ribera del Duero? Tu próxima escapada , entonces, es a Valladolid.

 

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