En los últimos años la gastronomía peruana se ha extendido y asentado por el mundo de forma notable gracias a la potencia de sus sabores, a la riqueza de sus ingredientes y a su gran variedad de platillos típicos. Esta diversidad viene marcada, en primer lugar, por la geografía del país y, en segundo, por la influencia de las culturas que han convivido allí a lo largo de la historia. En Madrid, concretamente en el número 26 de la calle Antonio Pérez, toda esa pluralidad la trabaja y defiende con su propio sello de autor, Carlos Pérez, alma máter de Oceanika.
Un restaurante que deja huella por su rica fusión y la intensidad de sus sabores criollos, por lo mágico de su presentación y, por supuesto, por la amabilidad de Carlos. El restaurante con el que se empieza con la cafetera en la mesa, te ponen unos churros con chocolate a la mitad y acabas comiendo Sushi, cumple ahora 5 años. Y lo celebra con chispeantes platos que le han hecho célebre y, además con una nueva selección de ceviches y tiraditos que merecen la pena descubrir. La diversión y todo el sabor criollo está asegurado en Oceanika donde predominan los sabores frescos y llenos de fantasía y trampantojos. ¿Te vienes?
El show en Oceanika comenzó con su famosa Cafetera Desestructuradora, una cafetera italiana en la que se sirve un caldo con pescado, marisco y verduras. El concentrado de caldo en la parte inferior de la cafetera; en el centro unas verduras y arriba: gambas, mejillones y almejas. Una auténtica delicia que dio paso a otro clásico de la carta.
Carlos lo llama el plato de Abracadabra Patas de Cabra porque tus ojos verán chocolate pero tu paladar saboreará judías negras. Tenemos un trampantojo Churros con chocolate, o lo que es lo mismo, fritos de harina de maíz que van rellenos de queso para mojarlos en pasta de judía negra. Y bañados con sal negra volcánica. Un auténtico espectáculo con mayúsculas.
¿Qué tal si seguimos con un Bloody Mary al estilo del restaurante Oceanika, con efectos transmutadores? Pimienta negra, tabasco, salsa perrins. La alegría la pone Absolut y Carlos, por supuesto. Se agita la coctelera hasta enfriar, se sirve en copas y se brinda por los buenos momentos. Sin duda, un cóctel trasgresor, innovador, que no deja indiferente.
Con auténtico sabor peruano está también la Vieira acariciada al wok, con un toque de cerveza cusqueña peruana. La base del plato es una salsa al ají amarillo cremosa, con choclos fritos y rocoto con miel de frutas de la pasión e hilos de boniato. ¿Qué os podemos decir de este plato? Un auténtica delicia para el paladar.
La carta incorpora muchos y muy buenos ceviches con una vuelta de tuerca sobre los que todo el mundo ha probado en la capital. Si o si tienes que probar el Ceviche Amazónico, conocido como Ceviche a la llama. Va envuelto en hoja de plátano y se termina en mesa con un golpe de calor para que los ingredientes que contiene en su interior (corvina, leche de tigre, boniato y cilantro) se impregnen de esa sabor a brasa que tanto gusta.
Y de postre, como te comentaba al comienzo, Sushi. El Sweet Sushi es un falso nigiri de arroz con leche, cubierto con membrillo de guayaba, que viene maridado con Palo Cortado. Y, no nos olvidemos de tomar unas hostias con dulce de leche. Todos los postres son caseros y son el broche ideal, junto con alguno de sus cócteles ( no puedes irte de Oceanika sin probar el pisco sour) para una experiencia inolvidable y seguro que muy ‘repetible’. Nosotros, desde luego, estamos deseando volver.
Oceanika
Tiene capacidad para 40 personas en un local luminoso, agradable y sin ostentaciones, donde predominan la madera –con palets ‘ajardinados’– y los tonos claros. Su horario es de 13:00 a 16:00 (16:30 h el fin de semana) y de 21:00 a 00:00 horas de martes a domingo. Cierra solo los lunes por la noche. Los viernes y sábados hay servicio de aparcacoches en horario de cenas. El ticket medio es de unos 40 € y tiene un espectacular menú del día por 13 €.
Tienes más información en su web www.oceanikamadrid.com