Madrid es una ciudad mágica y llena de contrastes: los encantos de la antigua villa se entremezclan con todo lo que una ciudad moderna y cosmopolita, con una intensa actividad cultural, artística y de ocio te puede ofrecer. Sin duda, es el destino ideal para realizar una escapada de fin de semana y disfrutar de un sin fin de propuestas para el tiempo libre. Y es que, cómo les gusta a los madrileños divertirse en sus innumerables tascas y bares, restaurantes, cines, teatros y locales nocturnos abiertos hasta altas horas de la madrugada. ¿Quizás por esto les llaman gatos? Y para que tú también exprimas la ciudad como si no hubiera mañana y descubra todos sus encantos, ¿por qué no planificar tu fin de semana en Madrid con Voyage Privé? Toma nota de todo lo que puedes hacer:
Nos vamos de tabernas por Madrid
Te proponemos una de las rutas más atractivas por la capital, una ruta por las tabernas típicas de toda la vida, las que todavía conservan sus pilas de estaño con su grifería de cuyos caños fluyen sin parar el agua de seltz, el vermú de grifo o la cerveza; aquellas que conservan la típica caja registradora que cobraba en pesetas, las que tienen colgadas en sus paredes motivos taurinos, y en las que te puedes sentar en taburetes de madera a degustar sabrosas tapas. Comenzamos nuestra andadura en la calle Tetuán, al ladito de la Puerta del Sol para degustar el famoso bacalao de Casa Labra. Se trata de un lugar lleno de historia donde se fundó clandestinamente el Partido Socialista Obrero Español en 1879.
Muy cerca, en el barrio Maravillas, en la c/ Colón nº 13, se encuentra una tasca originaria del 1892, La Ardosa. Sus cervezas de importación, su vermú de grifo y su famosa tortilla de patatas, galardonada en un certamen de San Sebastián, te encandilarán. Muy cerca, en la calle Madera nº 37, se encuentra Casa Julio, una tasca que saltó a la fama cuando el grupo U-2 se hizo aquí una sesión fotográfica. Visitantes de la talla de Saramago o el cineasta Guillermo del Toro han pasado por aquí a probar las famosas croquetas de espinacas. Así que…no te quedes con las ganas.
La Plaza Mayor de Madrid. Bocata de calamares y Cocido madrileño
No lejos de la Puerta del Sol se encuentra la Plaza Mayor, que fue el centro de la vida social madrileña hasta la creación de la puerta del Sol, en el siglo XIX. Nos encontramos ante un lugar cargado de historia que sirvió de escenario de corridas de toros, representaciones teatrales pero también de ejecuciones y autos de fe.
Actualmente, el ir a la Plaza Mayor se convierte en uno de los mejores planes disfrutar de un fin de semana en Madrid. Es el lugar donde la gente se reúne, toma el aperitivo y pasea, y en ella se celebra, los domingos por la mañana, un mercado filatélico. Su mercadillo de Navidad es un gran reclamo turístico y, por su puesto, el bocadillo de calamares. Y es que, si preguntas a cualquier persona qué hacer si visitas Madrid, uno de las cosas que te dirá es comerse un bocata de calamares en la Plaza Mayor y, como no, acompañado de una caña fría bien tirada.
Otra de las cosas que te dirá es comerse un cocido. Y ya que estamos en la Plaza Mayor, cómo no disfrutar de un buen cocido madrileño, con sus garbanzos, carne, verdura, fideos, preparado en dos o tres vuelcos y en uno de los templos madrileños por excelencia de la cocina tradicional. Los Galayos lleva más de un siglo dando de comer a turistas y lugareños y triunfa década tras década con su cocina tradicional: con su Cocido madrileño en puchero de barro, pero también con su rabo de ternera guisado al estilo tradicional y, por supuesto, con sus callos a la madrileña, otro de los platos imperdibles de la gastronomía madrileña.
Domingo de Rastro. Curiosidades y caracoles
Si nos dirigimos hacia el sur de la Plaza Mayor, encontraremos el famoso mercadillo del Rastro, que empieza en la Plaza del Cascorro y baja por la Ribera de Curtidores hasta la Ronda de Toledo. Se trata de un lugar muy concurrido donde los domingos se vende de todo y resulta muy, pero que muy divertido mezclarse con la multitud.
El origen del nombre del Rastro está relacionado con la calle Ribera de Curtidores, arteria principal del mercadillo, ya que aquí es donde antaño se situaban los curtidores de pieles por su cercanía al matadero. Los animales sacrificados eran arrastrados fuera del matadero dejando un “rastro” de sangre, de ahí el nombre. Curioso ¿verdad?
Hoy en día el Rastro madrileño es un punto de reunión para amantes del coleccionismo en general, donde no faltan puestos ambulantes de cómics, sellos, postales, cuadros, ropa usada, pieles, cassettes…y multitud de objetos más.
Turistas y lugareños aprovechan la mañana de los domingos para realizar algunas compras y después ir de tapas por los muchos bares de la zona donde no faltan los famosos bocadillos de calamares, las bravas y, uno de los platos castizos por excelencia, los caracoles. En la Plaza de Cascorro, en Casa Amadeo, un bar familiar abierto por Amadeo Lázaro en 1942, podrás disfrutar de este plato tan típico madrileño. Sus famosos caracoles, basados en una receta familiar, elaborados con pimentón, cebolla y ajo, ponen el broche de oro a una mañana de domingo en el rastro.
Mercado de San Miguel
Pero aún hay más…bajando por el Arco de los Cuchilleros, situado en uno de los extremos de la plaza, se accede a la Cava de San Miguel, donde abundan las tabernas, los restaurantes y los mesones. Y muy cerca está la plaza que da nombre al bullicioso mercado de San Miguel que, tras una década de actividad, el que fuera el primer mercado gastronómico de Madrid, sufrió una renovación en el 2018 de una buena parte de los puestos y de su propuesta gastronómica.
Si eres de los que disfruta de la gastronomía de nivel, este es tu sitio. Vas a poder degustar los helados artesanos y naturales del chef con 3 estrellas Michelin Jordi Roca; saborear los arroces tradicionales del chef con estrella Michelin Rodrigo de la Calle, icono de la revolución verde y creador del concepto gastrobotánica; sucumbirás a los sushis y Sashimis de Ricardo Sanz y te trasladarás a México con los tacos y margaritas de Roberto Ruiz.
Estamos en el viejo Madrid, con sus calles estrechas, plazas, iglesias, mercados, pequeñas tiendas, restaurantes, cafés, bares…y donde la principal atracción, al caer el sol, son las tascas y las cervecerías, en las que tomar una caña bien tirada, un vino o un vermut acompañado de ricas tapas.
Me apunto a esa ruta castiza, sin pensarlo. Es el Madrid más auténtico
Jejeje la ruta castiza que más me gusta y no me canso de hacer, siempre que voy allí.
Te puedes creer que soy madrileña, vivo aquí y nunca he probado un bocata de calamares?
En serio??????? Pues tienes que hacerlo ya!! ji nji
Que ciudad tan chula que tenemos, estoy enamorada de ella
Un saludo
Yo también!!! Me encanta!!!
Unos planes deliciosamente irresistibles.
Gracias!!!!
Lo mejor es salirse de las rutas convencionales y hacer caso a personas como tú que experimentan, salen, fotografían y después recomiendan lo mejor. Gracias por la propuesta.
Muchas gracias guapa!!!!!
Has nombrado dos sitios que para mi son incondicionales cuando voy al centro, los Galayos y su bocadillo de calamares y Casa Labra con su rico bacalao y es que me encanta ir de tabernas por Madrid.
¡Como me alegro! Un abrazo!!
Buenísima la selección! Que no falte ese bocadillo de calamares
Eso!! Que no falte!
Me vuelven loca los caracoles de Casa Amadeo…una ruta muy molona!!
Gracias guapa!!! A mi también me encantan!
Esa ruta me gusta mucho. Deseando volver a hacerla.
Una escapada fantástica de fin de semana y recorrer lo más castizo. Me voy a tener que apinyar jejeje
Cómo me gusta mi Madrid, se pueden hacer tantos planes!
Yo lo adoro, sobre todo el centro de Madrid
¡Planazo para visitar Madrid! te recomendaría muchos sitios más, pero sin duda has hecho una buena ruta 😉
Qué maravilla, me encantan esos planes, tengo un Post muy similar, se llama a Tabernas, ya me contarás