Ya estamos en verano y, aunque a todos nos gusta disfrutar de una comida fuera de casa, no hay nada mejor que pasarlo bien en familia que preparar una deliciosa receta que nos mantenga en la mesa con el estómago lleno, durante una larga sobremesa. Si no tienes claro qué receta hacer para sorprender a tu familia, en la mansión de las ideas vas a encontrar multitud de ideas para cocinar. Nosotros, sin embargo, os vamos a explicar una de las más deliciosas, tanto para verano como para invierno y de las que siempre gustan a todos.
Vamos a preparar una deliciosa pasta de marisco, pasta marinera o pasta di frutti di mare, ya que este tipo de pasta es de origen napolitano. Como hemos dicho antes, este plato se puede preparar en cualquier época del año y es perfecta para los amantes del marisco. La mezcla de la pasta con el marisco le da un sabor espectacular. Además, la pasta se cuece en el mismo caldo del pescado, en vez de cocerla en agua salada y aparte, lo que hace que quede realmente sabrosa.
Además de deliciosa, esta receta te resultará muy sencilla y rápida de hacer. El marisco se cocina con poco tiempo y dan mucho sabor al plato. Y si encima lo dejas todo preparado antes, el tiempo se reduce considerablemente. Los mejillones y las almejas las puedes dejar ya abiertas, los calamares ya pueden estar cortados y dejar preparada la cebolla picada y el tomate rallado.
El coste de la receta no es que sea muy excesivo, pero sí que se trata de un plato que a lo mejor no podrás hacer cada semana porque el marisco no es económico. Siempre se puede aprovechar para hacerla cuando haya encuentros familiares. Puedes comprar el marisco fresco o, si quieres reducir el coste, siempre puedes optar por el congelado que, al fin y al cabo, tampoco hay tanta diferencia de sabor.
¿Nos ponemos manos a la obra?
Receta de pasta de marisco
Ingredientes para 4 personas:
- 8 cigalas medianas
- 3 calamares medianos
- 1/2 kg de mejillones
- 1/2 kg de almejas
- 1/2 kg de nidos de pasta, espaguetis o tallarines
- 100 ml de vino blanco
- 1 cebolla mediana
- 1 tomate rallado
- 450 ml de agua o caldo
- Perejil picado
- 4 cucharadas de aceite de oliva
- Sal
Preparación:
- Limpiamos bien el marisco, quitando las barbas de los mejillones y pasando por agua el resto. Cuando tengamos los calamares limpios, los cortamos en forma de aros.
- En un cazo aparte, con muy poca agua, abrimos las almejas al vapor. Hacemos lo mismo en otra olla con los mejillones.
- Calentamos el aceite de oliva en una cazuela grande y sofreímos las cigalas durante unos 3 minutos, aunque el tiempo dependerá del tamaño. Cuando estén cocidas las quitamos y ponemos los calamares. Cuando estén hechos, los quitamos y reservamos. Los calamares no hay que cocinarlos muchos, si no se ponen duros. No pasa nada si hay algo que queda un poco crudo, cuando hierva todo con el caldo se terminará de cocer bien.
- En la misma cazuela y con el mismo aceite que hemos cocido el marisco, hacemos un sofrito con la cebolla picada bien fina, el tomate rallado y añadimos un poco de sal. Cuando el tomate cambie de color porque ya está cocido, añadimos el vino blanco y dejamos que reduzca unos 2 o 3 minutos.
- Añadimos los calamares ya cocidos, las cigalas, los mejillones y las almejas al sofrito y le damos un par de vueltas para que se mezcle todo. A continuación, echamos 450 ml de agua y también la sal.
- Dejamos que hierva y se haga un caldo con el sofrito y el marisco, aproximadamente entre 20 y 25 minutos con la cazuela tapada para que no se nos evapore mucho y bajando el fuego para que no se salga.
- Cuando ya se ha hecho el caldo, tiramos la pasta sin cocer. Se va a hacer con el caldo, así queda más rica porque absorbe el sabor del marisco. Es recomendable respetar los tiempos que indica la bolsa de la pasta y retirar del fuego cuando esté al dente. Lo vamos a dejar reposar unos minutos para que se nos haga un poco más la pasta con el reposo.
- Añadimos el perejil picado por encima y ya podemos servir los platos.
Notas:
- Puedes usar el tipo de marisco que prefieras, a tu gusto. Puedes añadir gambones, cangrejos de río, o quitar cualquiera de los mencionados en la receta. Al final, cada uno hace el plato a su gusto.
- El agua para hacer el caldo puede ser el jugo que hayamos obtenido de abrir las almejas y los mejillones, siempre respectando la misma cantidad de líquido. Y siempre que no haya quedado arena, no hay cosa más desagradable que oír como nos crujen los dientes.
- También es opcional incorporar ajo en el sofrito, según el gusto de cada uno.