Es indiscutible que Cantabria seduce a todo viajero que la visita. Sus verdes paisajes, sus montañas, sus playas y bellos pueblos nos enamoran por completo. Pero, más allá de su increíble entorno natural, esta región se presenta también como un destino muy interesante para los amantes del buen comer. ¡Y es que en Cantabria se come muy bien! Por ello, desde Ydondecomemos queremos proponeros un recorrido muy sabroso por lo productos y platos más tradicionales de esta bella región, entre cuya oferta encontramos, además cinco estrellas Michelin. ¡Todo un lujo!
Quesos con Denominación de Origen
Comenzamos nuestra sabrosa ruta en pleno macizo oriental de los Picos de Europa, en el corazón de La Liébana, para degustar uno de los mejores quesos del mundo, el de Picón Bejes-Treviso, que cuenta con el sello de Denominación de Origen. Este queso tiene la peculiaridad de que madura unos tres o cuatro meses en el interior de cuevas naturales de caliza. Se trata de un auténtico placer gastronómico, que se puede degustar en muchos lugares de Liébana y Cantabria pero, sobre todo, en el pueblo de Tresviso, uno de los enclaves más singulares de la región que, hasta hace no muchos años estuvo aislado por carretera, y la única manera de acceder a él era a través de la subida del Urdón, que parte desde el impresionante desfiladero de La Hermida.
Pescados y mariscos del Cantábrico. La reina…la anchoa
Es indudable que el mar Cantábrico ofrece una gran variedad de pescados y mariscos de alta calidad y de sabor especial. Pero, sin duda, la palma se la lleva la anchoa. Es uno de los grandes iconos gastronómicos de Cantabria y de todo el norte. Se prepara en vinagre, rebozada o frita, pero su presentación en salazón y con aceite es la más popular. Las más deliciosas se hallan en Santoña, Laredo y Castro-Urdiales, tres villas marineras que merecen una visita para disfrutar de su rico patrimonio y de su rica gastronomía.
Ubicada en el extremo más oriental de Cantabria, se encuentra la villa marinera de Castro Urdiales, rodeada de bellos paisajes costeros, tanto de acantilados como playas de fina arena. La población de la villa vivió tradicionalmente vinculada a la pesca y a las industrias conserveras, aunque esta actividad se realiza en menor medida en la actualidad, sigue manteniendo intacto ese ambiente de villa marinera, con un casco antiguo repleto de tabernas con sus barras jalonadas de cientos de pinchos y raciones. Sin dudas, el lugar ideal para disfrutar del mejor chiqueteo de Cantabria. Además de las anchoas, el besugo tiene mucha fama.
Siguiendo la moderna autovía del Cantábrico, una vía rápida que, en muchos de sus tramos, ofrece unas vistas espectaculares de la costa y acantilados del oriente de Cantabria, llegamos a Laredo, una de las localidades más turísticas del norte de España. Entre sus atractivos están su conservado casco antiguo, su gran arenal urbano, la playa de La Salvé y una intensa actividad cultural durante el verano.
Frente a Laredo, y separada por una pequeña bahía está Santoña, villa marinera ubicada a los pies del imponente monte Buciero. Aquí se localiza uno de los humedales mejor conservados de la costa cantábrica, incluido en el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, que se extiende por más de 4.300 ha y es refugio de miles de aves.
Fiesta de la Anchoa
Creada hace más de un siglo, la Feria de la Anchoa y de la Conserva de Cantabria es una de las más importantes del mundo. Se celebra en Santoña, a caballo entre los meses de abril y mayo. En ella se ensalzan las virtudes de esta conserva. No falta catas, degustaciones, talleres y concursos. Vive el ambiente festivo de la plaza de San Antonio.
Carne de la buena y los mejores productos de la huerta
Nos adentramos en los bellos paisajes de la cuenca del río Nansa y del valle de Lamasón, paisajes que describió José María de Pereda en su famosa novela Peñas Arriba. Aquí se encuentra Tudanca, una bella población declarada Conjunto Histórico-Artístico. La tudanca es la raza de vaca autóctona de Cantabria, muy propia de la zona occidental de Cantabria, que se ha extendido a toda la región. La tudanca no es una vaca de leche, pero su fortaleza la hacía muy propicia para el desarrollo de las labores de labranza, para arrastrar pesos, llevar el carro con la hierba y otras duras labores propias del campo. Su carne en Cantabria es muy apreciada y reconocida. El censo actual de estas vacas es de 14.000 ejemplares, y muchas de ellas participan todos los años en los encuentros de deportes rurales, como el arrastre. Cada 12 de octubre se celebra en Cabezón de la Sal la Olimpiada Tudanca, que consiste en un concurso-exposición de esta raza ganadera.
Junto a las carnes, las patatas de Valderredible son unas de las mejores de España. También destacan las alubias rojas de Guriezo, los tomates y pimientos de Isla y los limones de Nogales.
Cantabria. Un recetario muy tradicional
No podemos visitar Cantabria sin probar platos de su cocina tradicional. El más conocido y popular es el cocido montañés, preparado con alubias y berzas y acompañado del denominado compango, formado a base de productos de la matanza del cerdo como el chorizo, morcilla, costilla y tocino. Sin duda, la zona más emblemática para probar semejante manjar es la zona del Saja, un valle en el que todavía están muy arraigadas las tradiciones. Entre los municipios de estos valles está Ucieda, muy conocido por su Fiesta del cocido.
Una variedad de este plato es el cocido lebaniego, hecho con garbanzos en vez de alubias. Y la “olla ferroviaria”, famosa en la localidad de Mataporquera, que consiste en un guiso elaborado con patatas y carne. Se trata de un plato que antaño preparaban los trabajadores del llamado ferrocarril de La Robla durante el trayecto. En origen, para su elaboración se utilizaba el vapor de las máquinas, mientras que ahora se pone en su interior carbón vegetal, y encima un puchero en que se hace la olla.
Una gran tentación supone los postres y los dulces, de los que es obligado probar el sobao y la quesada, las corbatas de Unquera o las “pantortillas” de Reinosa. En cuanto a la bebida, el orujo es el principal protagonista.
La Fiesta del Orujo se celebra todos los años el segundo fin de semana de noviembre en la plaza del mercado de Potes. Este evento atrae cada año a miles de personas hacia la capital de Liébana para revivir la tradición centenaria de la destilación del orujo en las tradicionales alquitaras de cobre.
Sabor a Estrella Michelin
Nada más y nada menos que cinco restaurantes con estrella Michelin podemos encontrar en Cantabria. La excusa perfecta para recorrer la provincia y convertir tu escapada en un lujo. Puedes comer al borde del mar si te decides por Annua, en San Vicente de la Barquera. ¿Te imaginas degustar platos deliciosos en un antiguo molino? No dudes en visitar Puente Arce y reservar mesa en El Nuevo Molino. En Villaverde de Pontones, en una casona-palacio del siglo XVIII, se encuentra El Cenador de Amós. ¡Todo un lujo! Te sorprenderá la cocina de mercado que sirven en el Serbal, en el céntrico barrio de Puertochico, en Santander. Y para los amantes de la naturaleza, nada mejor que reservar una mesa en la Solana, en Ramales de la Victoria y con unas vistas increíbles a verdes prados.