Todo buen Burrito Bar que se precie debe tener en su oferta gastronómica dos elementos fundamentales: burritos y tragos. Pico de Gallo ha sabido trasladar la esencia y el sabor de estos tradicionales establecimientos estadounidenses hasta el corazón de la capital sin renunciar a un acento propio y sin complejos.
A su ya bien conocida carta de elaboraciones propias de la cocina «Mission Style» años 60, Pico de Gallo suma una amplia selección de cocktails y preparados con los que acompañar sus deliciosos burritos, tacos o quesadillas (entre otros) elaborados con la mejor materia prima de cada día.
La esencia tex&mex de cada plato continúa presente en la propuesta de coctelería del Burrito Bar con preparados tradicionales como los Margaritas Frozen elaborados a partir de zumo de limón natural, las Micheladas, Caipirinhas y Mojitos, así como sus elaboraciones propias y exclusivas entre las que destaca la Beergarita, la joya dentro de su carta de cocktails con su gadget para la botella cerveza y uno de los tragos más demandados entre el público de Pico de Gallo.
Pico de Gallo ofrece un entorno fresco y divertido caracterizado por la fusión de estilos y decoración moderna y sin pretensiones. La esencia surfera, muy presente en el local, se mezcla con toques de inspiración industrial, sillas metalizadas, azulejo y madera regados por una luz tenue que emana de las fantásticas lámparas de diseño de Alvaro Catalán de Ocón y del estudio chileno precursor del proyecto Made in Mimbre.
La historia de Pico de Gallo es la historia personal de su creador Javier Salinas, un surfista empedernido que un día decidió volcar todo lo que aprendió en sus años de juventud junto a Pete Turner, fundador de Illegal Pete’s, cuyos burritos y restaurantes son un referente en USA.